Sevilla es la novia

 

SEVILLA ES LA NOVIA

 

Sevilla es la novia y el novio es el río.

Su amor es eterno, el celo es testigo.

 

De todas las tierras que él ha recorrido,

Sevilla es el faro que alumbra el camino,

la flor del edén, la Venus de Milo,

la tierra soñada de los peregrinos.

¡Y la de regalos que él le ha traído!,

de tierras lejanas, de montes altivos,

de vegas profundas, las que baña el río:

maderas de cedro, púrpura de Tiro,

especias de oriente y el oro del indio,

encajes de Flandes, la seda del chino,

ánforas de aceite, cántaras de vino,

la lengua de Roma, la cruz del cautivo.

 

Sevilla es la novia y el novio es el río…

 

Y en llegando abril hacen casamiento,

la novia de blanco y él tan contento.

Hércules y Cesar le llevan el velo,

ellos la apadrinan, felices de serlo,

de ver a su niña, ¡tan bella se ha hecho!

Llegó san Fernando las arras trayendo,

¡y hasta el Giraldillo se asoma ‘’pa’’ verlo!,

y voltean campanas sus sones al cielo

y los ministriles tañen instrumentos

que llenan las calles de sones excelsos,

y los alguaciles pregonan al viento:

¡Llamen a sus hijos, que vengan corriendo,

que canten las mojas allá en el convento,

que adornen balcones mil flores en tiestos,

que todos disfruten del gran casamiento!

 

Sevilla es la novia y el novio es el río…

 

Y el novio la abraza y la besa con mimo,

por un día para, no sigue el camino,

 le jura que siempre peinará sus rizos,

mojará sus piernas cuando sea el estío,

regará sus plantas, soltará suspiros,

le dirá que venga a ver los navíos,

que busque los puentes, se asome al vacío

y que lance besos y flores al río.

 

Sevilla es la novia y el novio es el río…

 

Y aquellos amantes mil hijos trajeron,

y  llegaron lirios y mirlos vinieron,

flores que adornaron el Olimpo entero,

mirlos que entonaron los trinos más bellos,

pintores, poetas, ¡vírgenes al cielo!,

magia en la madera, fuego en el acero,

oro en porcelana, olor a romero.

Antonio, Manuel, Machados eternos

Bécquer y Vicente, Cernuda con ellos,

perros que se hablan, Cervantes ha vuelto,

Velázquez, Murillo, Aníbal el bueno…

Hijos de Sevilla, ¡qué grande la hicieron!

 Y el rio los lleva hacia el mundo entero,

y la madre queda, los hijos se fueron.

 

Sevilla es la novia y el novio es el río…

 

Por la noche baja a escuchar  palabras

que le dice el río, ya viejo, palabras…

Le dice que es bella, le dice su amada,

le dice te quiero, le dice gitana,

le dice que siempre será su sultana.

Son de amor palabras, son tiernas baladas;

y ella que se acerca y moja su falda

y posa las manos en ondas de plata,

que fabrica el rio al verla descalza,

al sentir sus dedos bailando en el agua,

y la amante brilla y luce arrobada.

 

Sevilla es la novia y el novio es el río…

 

Y él le cuenta cosas de tiempos pasados

de cuando era joven, de cuando era osado,

de cuando el río Betis era idolatrado

por todos los hombres que lo han navegado,  

y ella le contesta: ¡Qué hijos me has dado¡,

 ¡qué  feliz me has hecho, siempre aquí a mi lado!

Y el día se acaba, la fiesta ha pasado,

 el río se aleja con aire cansado

rumbo a la marisma…, la reina ha llorado.

 

Sevilla es la novia y el novio es el río.

Su amor es eterno, el cielo es testigo

 

                                   José Manuel Sánchez Chapela

                                   Enero 2019.